En ocasiones los planes no salen como uno tenía planeado. La aventura no es tal sin la incertidumbre del resultado y esa emoción es la que le pone interés a la actividad que emprendemos con la ilusión acumulada durante los preparativos de la misma.
Alcanzar la cumbre tras un corto paseo puede ser enormemente gratificante, pero lo es mas si ello conlleva la superación de obstáculos y un esfuerzo personal que le de un valor añadido a esa empresa. Pero a veces prescindiríamos gustosos de esa emoción con tal de alcanzar el objetivo propuesto.
En nuestro caso los preparativos han llevado casi un año, de ensayos, reuniones, ahorros, pruebas... A medida que se acercaba la partida los mensajes de correo electrónico aumentaron exponencialmente y una vez que subimos en el avión comenzamos a cerrar las puertas por detrás y a abrir las que teníamos por delante en un camino prefijado desde hace meses.
Ese camino nos dirigió a Shanghai, una de las ciudades mas impresionantes que he visitado en mi vida, con unos contrastes brutales de costumbres, clima, arquitectura, tráfico... pero con la vista fijada en la observación del eclipse mas largo del siglo, el mas largo posible de mi vida, cuya banda de totalidad pasaría por esta ciudad y su línea central a escasos 80Km al sur de la misma.
El día previo realizamos el ensayo general a la gran función del día siguiente. Cronometramos el tiempo que nos llevaría llegar al lugar de observación, montar los equipos, ponerlos en estación... todas las variables posibles fueron tenidas en cuenta e incluso un “plan B” de contingencia por si la meteorología no era la idónea. Pero “no vinimos a luchar contra los elementos” y cuando por la tarde confirmamos las previsiones meteorológicas nos encontramos de bruces con la peor de las situaciones, la de tener la certeza de no poder ver absolutamente nada por la previsión de nubes y tormentas en toda el área en la que podríamos haber intentado un plan “C”.
Es curioso como parecía que los dioses a los que nos encomendamos nos gastaban la peor broma posible. Recordando el mapa meteorológico no se me olvidará jamás la imagen del área cubierta totalmente de nubes y tormentas en toda la zona. La emoción dejó paso a la certeza de que estaríamos bajo la sombra de
Con esa certeza de lo inevitable nos encaminamos según el plan previsto a nuestro lugar original de observación, en el que, curiosamente, pero sin excesiva sorpresa, nos reunimos con italianos, franceses, ingleses y, como no, mas compatriotas con la misma sensación de desolación. Con desgana montamos el instrumental, ajustamos los parámetros y esperamos que el tiempo corriese hacia el primer contacto. De repente un tímido Sol se dejó ver durante unos segundos atenuado por las nubes que hacían de filtro natural. Revuelo general y la esperanza de poder ver algo empezó a luchar con la certeza del cielo totalmente cubierto.
Primer contacto.
Sin embargo los dioses no habían acabado de jugar pon nosotros. En plena totalidad, durante tres segundos la corona y
Habrá mas eclipses inolvidables, todos son experiencias únicas, pero desde luego jamás olvidaré el mas largo del siglo, el de Shanghai 2009, el que solo vi durante tres segundos en su totalidad.
Juanjo Manzano
Pues la verdad es que lo siento muchisimo,ya que he vivido todas estos meses oyendo hablar del eclipse en fin........mas por itahisa que me ha tocado de lleno.....lo siento hija.....
ResponderEliminarQué mal, de verdad…
ResponderEliminarSi sirviera de consuelo, diría que esos tres segundos de totalidad son más de los que he podido ver yo en toda mi vida… Me alegro de que al menos pudieseis tener ese atisbo de la fase más espectacular del eclipse.
Espero que el resto del viaje en sí mismo os haya hecho disfrutar, al menos, y estoy seguro de que veréis más de un eclipse en lo que os queda…
Un saludo!
Ha sido una pena que tanta ilusión y esfuerzo no haya tenido la recompensa merecida. Me quedo con lo bueno y quiero felicitar al grupo por la narración tan interesante del viaje que están transmitiendo por medio de este blog. El sentido principal de la aventura se centraba en esos 6 minutos mágicos que debía regalar el cielo, pero a buen seguro que del resto del viaje vendrán con la sensación de haber vivido una experiencia fantástica.
ResponderEliminarDifícilmente se puede encontrar mejor banda sonora para el final de un eclipse: http://www.youtube.com/watch?v=NJiC6cA3dUA
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